sábado, 25 de junio de 2016

25 de junio

25 de junio

Era joven. Cincuenta años para morir es poca vida.

 
   En la galería del segundo piso de la mansión retumbaban sus pasos. El eco se producía sórdido, al ritmo de su caminata y acrecentado por la soledad del lugar. 
    Mientras hacía el recorrido desde el comedor hasta la habitación del piano, se dedicó a observar el parque a través de cada ventana. Desde la última podía apreciar una de sus estatuas preferidas, la de los nenes jugando en el tobogán. Más atrás, veía el lago en el que alguna vez disfrutó sus tardes.
   Al llegar al piano, sin sentarse, garabateó tonos con sus flacos dedos pero la mente y la mirada estaban ausentes.
   El nuevo siglo lo acompañaba cargado de pesadumbres mayores, ausencias eternas y soledades insoportables. Sólo por momentos, sus hijos le colmaban el alma. Sin embargo su pasado lo atormentaba con frecuencia al punto de paralizarlo.
   Le dolía el cuerpo, le dolía el alma y no pasó el verano.  Junio se llevó su historia, su voz, su música, su baile y su naturaleza humana. 

3 comentarios:

  1. No fue de mis artistas preferidos, pero, como siempre, admiro tu forma de relatar, y hace que el recuerdo sea hermoso.

    ResponderEliminar
  2. Gracias,Osvaldo.Muy cuestionado en su vida personal pero marcó una época y creó un estilo. :)

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar